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nuestra historia

Mi nombre es Efraín, fundador del primer establecimiento de reparación y venta de artículos de escritura.

Desde joven, poco antes de cumplir dieciocho años, acordamos, mi hermano y tres amigos más, en “hacer algo que nadie tuviera y que a todos les sirviera”. Y con eso en mente emprendí mi viaje a la Ciudad de México en 1930.

Comencé a reparar plumas japonesas de punta de cristal que se despuntaban y con una lima las volvía a dejar funcionando. Más adelante fueron las Parker y Sheaffer de las personas que trabajaban en oficinas y comercios del centro de la capital las que me dejaban a reparar.

En las mañanas, al pasar por enfrente de mí, me dejaban su pluma con el punto roto o la tinta seca, tapadas o viejas y por la tarde se las entregaba de vuelta nuevas, el punto perfecto, limpias y funcionando.

“Su pluma rota y vieja se la devolvemos nueva”  ese fue mi lema.

Después de un tiempo, con la ayuda de un buen amigo, comencé a venderlas, Sheaffer y Parker, mis principales marcas. 

Poco a poco fui adquiriendo más marcas, Eversharp, Esterbrook, Montblanc, Watermann y Cross.

Alrededor de 1946, le pidieron el local a mí arrendador, en ese predio se construiría la Torre Latinoamericana. 

Muy cerca otro buen amigo dejaba un local, me lo ofreció y ahí creció nuestra tienda.

En 1976, mi esposa tuvo un problema de salud y ya no pude ocuparme de la tienda y así terminó. La cerramos. 

Extrañaba ofrecer tan hermosos artículos de escritura.

Con el conocimiento y la experiencia que obtuve en nuestra tienda, invité a nuestra hija mayor a retomar el negocio. Ella y su esposo abrieron de nuevo una tienda para la venta y reparación de plumas hasta 2004 que cerraron.

Hoy, después de 14 años volvemos a retomar este gusto por los artículos de escritura y las ponemos a su disposición aquí, en www.puntodepluma.com